Tito Castro y El Banco Crédito y Ahorro Ponceño

Esta es otra de esas historias que quizás para aquellos que hayan nacido luego de 1978 no podrán relacionarse con que representó para Ponce el muy querido Banco Crédito y Ahorro Ponceño.  El Banco Crédito fue fundado el 1 de enero de 1895 y fue junto al Banco Popular, uno los dos bancos locales que operó tanto bajo el Gobierno de España al igual que el de Estados Unidos a partir de 1898.  El Banco Crédito fue uno de los bancos más exitosos y prósperos del siglo 20 en Puerto Rico, además, de haber sido el primer banco en la ciudad de Ponce. 

Allá para el 1924 del Crédito próximo a celebrar su 30 aniversario construyó una sede emblemática en la calle Marina y Callejón Amor en medio de lo que es hoy la zona histórica de Ponce. 

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Este singular edificio representa uno de los últimos ejemplos de la otrora popular arquitectura ecléctica de fin de siglo, tan común en Ponce tras el terremoto de 1918. El Banco Crédito fue diseñado y construido por Francisco Porrata-Doria, quien en ese momento había regresado recientemente a Puerto Rico tras estudiar ingeniería en la Universidad de Cornell y cursos de arquitectura en la Universidad de Columbia. Porrata-Doria fue uno de los mejores arquitectos de la isla, pionero en el desarrollo de una arquitectura moderna local, atractiva, que mejora según pasa el tiempo y fue además, uno de los arquitectos responsables de lo se llama «Arquitectura Monumental de Ponce», de la cual el Banco Crédito es un buen ejemplo.

Esta icónica sucursal la cual continuó operando bajo Banco Santander por más de 40 años luego de que el Banco Crédito desapareciera. Lamentablemente, la misma fue cerrada luego del terremoto del 7 de enero de 2020 y continúa cerrada en espera de que sea reparada. 

Este majestuoso edificio es un monumento histórico y está inscrito en el Registro de Lugares Históricos.

Me parece de vital importancia que los ahora dueños de la estructura hagan lo indecible por arreglarla y volverla a poner en funciones. 

El Banco Crédito y Ahorro Ponceño usaba un lema que decía: “El banco del grande y del pequeño”, era un banco que se esforzaba en ayudar a todos por igual y esta es una de las razones porque decidí hacer esta historia porque mi familia está muy vinculada al Banco Crédito y Ahorro Ponceño.

Resulta que uno de los primeros trabajos de mi abuelo, Alberto Castro Lund mejor conocido como Tito Castro, comenzó sus primeros trabajos al ser cajero en la sucursal principal del Banco Crédito y Ahorro Ponceño.  Allí conoció a importantes amigos que más tarde en la vida lo ayudarían a lograr emprender sus negocios, como fue el caso de Don Ángel Sanz, quien fuera presidente del Banco Crédito. 

Luego de trabajar en el Banco, mi abuelo decide irse a trabajar con la Esso Standard Oil donde ocupó diversas posiciones y fue escalando puestos al punto que se vio obligado a mudarse a San Juan junto a toda su familia a la Urbanización Santa Rita de Río Piedras. Desde San Juan, mi abuelo atendía cliente de Esso incluyendo las islas de St. Thomas y St. Croix. 

Con el pasar de los años y según su familia continuaba creciendo, todos extrañaban a Ponce, particularmente la vida familiar, y decide comprar una estación de gasolina Esso que ubicaba muy cerca del Club Deportivo y de lo que fue su primera casa en La Alhambra (donde hoy vive la familia Farinacci). Mi abuelo fue siempre un trabajador incansable y su espíritu empresarial lo llevó a identificar una oportunidad haciendo el movimiento de tierra de lo que sería las petroquímicas que inauguraría en 1954 por medio del programa del Gobierno Manos a la Obra.  

Decide entonces en 1948, ir a ver a su antiguo jefe, vecino en La Alhambra y cliente de su garaje, Don Angel Sans para pedirle un préstamo para comprar 10 camiones con los cuales haría el trabajo de remoción de los materiales. Don Angel Sans confió en él y así es que comienza en 1948 Tito Castro Construction, Inc., de hecho, mi abuelo pagó el préstamo mucho antes de lo pactado en solo 8 meses.

Toda nuestra familia puede dar fe del sentido de agradecimiento que caracterizaba a nuestro abuelo, además, el mismo nos recordaba siempre lo importante de ser agradecido con las personas que le dan la mano a uno cuando comienza. Tito Castro fue un hombre de visión y valentía. Era tenaz, consecuente, bravo, fuerte, aun así, era capaz de conmoverse de inmediato ante el sufrimiento y la adversidad ajena, ante cuyos reclamos jamás dio la espalda, siempre dispuesto para ayudar al caído, y al necesitado, dando lo mejor de sí, a condición expresa de que su ayuda se mantuviese en secreto. 


En una gran medida, gracias al Banco Crédito mi abuelo, Tito Castro pudo comenzar a hacer pininos que lo llevaron a través de los años y dirigió e inspiró a un núcleo de múltiples iniciativas, que con el correr de los años llegaría a conocerse como Empresas Tito Castro, donde se incluían varias empresas como Tito Castro Construction, Ponce Asphalt, Terrazos Ponceños, Tito Castro Ready Mix, Naranjo Marble, Canteras la Rita, Rexol Development, Copamarina Bech Resort, Blokito y F. Parachini Sucrs. las empresas que creó han sido orgullo de Ponce y fuente de vida y sustento para miles de familias. 

En la Foto Sony Ferre, Alfonso Valdez, Sr. & Tito Castro, todos directores del Banco Crédito y Ahorra Ponceño.

Para Tito Castro era su más grande orgullo decir que venía de una familia humilde y que su Padre había sido el Farero de la Isla de Cardona y que ese origen humilde le ayudó a siempre mantener los pies en la tierra. 

Con el pasar de los años, luego de haberse convertido en un industrial de gran importancia el propio Don Angel Sans lo invitó a convertirse en miembro de la Junta de Directores del Banco Crédito y su accionista mayoritario y Presidente de su Junta de Directores.  


El Banco Crédito implementó varios avances importantes, fue el primer banco en implementar en 1950 los Drive-In Banks en su sucursal de Santurce, fue en 1969 el primer emisor de una tarjeta de credito en Puerto Rico a través de la “Bank Americard” hoy conocida como Visa, además de crear una novedosa cuenta para niños de nombre “Creditin”, la cual fue un gran éxito, aún conservo una de sus emblemáticas alcancías.  

El Banco Crédito y Ahorro Ponceño, al momento de su cierre el 31 de marzo de 1978, contaba con 50 sucursales y sobre 1,500 empleados y había operado durante 83 años de forma exitosa hasta que en 1978 se derrumbó económicamente. Bajo una operación asistida por el FDIC sus activos fueron vendidos al Banco Popular de Puerto Rico que compró 36 sucursales y al Banco Santander, que adquirió 14 sucursales. Para ese entonces, fue la adquisición más grande de sucursales bancarias en la historia de Puerto Rico.

De las pocas veces que vi a mi abuelo llorar de rabia fue ese viernes, 31 de marzo de 1978, fue el día que cerraron el Banco Crédito, ese día en Ponce fueron muchas familias las que lo perdieron todo, y otros optaron por quitarse la vida. 

Para esa época, yo tenía apenas 14 años y mas adelante en la vida, cuando ya era un profesional le pregunté cómo fue que el cierre del Banco Crédito y sus efectos parecieron que en lugar de afectarte te dieron mayores bríos, y me dijo: “Paco Pepe, la vida es solo un 10% las cosas que nos pasan y el 90% de cómo reaccionamos a las situaciones, por ello la actitud que tomemos, para mí, es más importante que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos, que los éxitos, que lo que otras personas piensan, dicen o hacen. No podemos cambiar nada de nuestro pasado, lo que si podemos cambiar es cómo reaccionamos y aprendemos de las adversidades, creando mejores oportunidades para el futuro”.

Por ello, la experiencia nos da la prueba primero y luego las lecciones.

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