Al sur de la zona conocida como Ciudad de David en Jerusalén, la Piscina de Siloé, estanque que fue construido durante el reinado de Ezequias (2 Reyes 20,20), para proteger el suministro de agua de la ciudad y donde Jesús le devolvió la vista a un ciego de nacimiento, será abierta por primera vez al público para ser visitada por fieles de todo el mundo.

Después de que Jesús untara los ojos de un ciego con barro y saliva, lo envió a lavarse a la Piscina de Siloé. Allí, el hombre recuperó la vista (Juan 9,1-7).

“Tras muchos años de expectación, pronto empezaremos a descubrir este importante lugar y lo haremos accesible a los millones de visitantes y turistas que llegan a Jerusalén cada año”, dijo Moshe Lios, el alcalde de Jerusalén.

En los próximos meses, la Piscina de Siloé será parte de una ruta turística que recorre desde la Ciudad de David hasta el Muro Occidental de Jerusalén.