Corea del Norte voló 12 aviones de combate cerca de la frontera con Corea del Sur, lo que provocó que Seúl movilizara 30 aviones militares en respuesta. El incidente también provocó otro ronda de respuestas cuando Corea del Norte lanzó dos misiles balísticos al mar en lo que sería su sexto lanzamiento de misiles en menos de dos semanas.

El aumento de tensiones en la región comenzó cuando Corea del Norte realizó un lanzamiento de misil con capacidad nuclear sobre Japón, a principios de semana, lo que provocó que los aliados reaccionaran enviando al portaviones de propulsión nuclear, USS Ronald Reagan, en aguas de la península de Corea. Luego de esto, Pyongyang reaccionó lanzando dos misiles balísticos de corto alcance sobre aguas orientales.

Por su parte, ante el aumento en la actividad militar norcoreana, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos desplegaron destructores en un simulacro conjunto frente a la costa este de la península de Corea. El ejercicio buscaba probar sus habilidades para buscar, rastrear e interceptar misiles balísticos norcoreanos, dijo el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.

El destructor estadounidense es parte del grupo de ataque liderado por el portaaviones de propulsión nuclear USS Ronald Reagan, que regresó a las aguas cercanas en lo que el ejército de Corea del Sur llamó un intento de demostrar la “firme voluntad” de los aliados para contrarrestar las continuas provocaciones y amenazas de Corea del Norte.

El aumento en las pruebas de arsenal de Corea del Norte parece apuntar a un aceleramiento de los objetivos de Kim Jong Un de expandir su arsenal nuclear con el objetivo de ser reconocido como un estado nuclear legítimo por Estados Unidos y sus aliados y forzar el levantamiento de las sanciones.