Es imposible servirle al país sin una brújula moral

Birling Capital analiza las acciones de la exgobernadora no electa Wanda Vazquez y su asalto a la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras

Al comenzar esta discusión me pareció bien importante hablarles sobre, ¿qué es nuestra brújula moral?  La brújula moral es el conjunto de valores que nos enseñan desde la infancia y que permiten a las personas tomar decisiones prudentes que repercuten en nuestra vida, en nuestras acciones y en la propia definición de uno mismo como ser humano.  

Desde muy pequeños, nuestra mamá nos enseñó a mis hermanos y a mi cómo cada persona debe aprender a diferenciar entre el bien o mal, y aprender claramente esas diferencias es la esencia misma de nuestra brújula moral. Esa formación moral para aprender a diferenciar entre el bien y el mal debe estar enmarcada de un sentido positivo, lo que fortalece la libertad y nos permite educar personas con escrúpulos. 

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Desde que Puerto Rico comenzó a elegir a su propio Gobernador en 1948, hemos tenido un editor de periódicos, bohemio, abogados, ingenieros y políticos de carrera. Estos hombres y mujeres fueron electos para servir a todos los puertorriqueños excepto a una.

Al analizar el reciente arresto y las acusaciones de la exgobernadora no electa, Wanda Vázquez y de varios conspiradores, incluyendo dos que ya se declararon culpables, notamos lo frágil que resultó ser su brújula moral y la de sus partidarios, con la sola intención de buscar ser electa gobernadora.  

En el libro “El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry, hay una breve discusión sobre la importancia del amor y la amistad. Al mismo tiempo, el zorro pide que el principito lo domestique; el principito le explica lo que implica la amistad y, a una parte más sustancial faltar a alguien, necesitar a una persona. Al confundido zorro le dice el principito: «Lo esencial es invisible a nuestros ojos», describiendo los verdaderos sentimientos de la amistad.

En gran medida, el poder, las palabras y la influencia del Gobernador pueden ser invisibles a nuestros ojos; sin embargo, los efectos de las palabras, comentarios y acciones, correctos o no, pueden afectar a Puerto Rico y ponerlo de rodillas.

Ahora bien, mi intención con este escrito es elevar al dialogo sobre la vital importancia que tiene para la credibilidad de Puerto Rico la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras conocida por su acrónimo “OCIF”.

El otro impacto preocupante, utilizar la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras para beneficio político al despedir a un Comisionado y con ello, detener una acción regulatoria valida en contra de un regulado es un acecho a la seriedad que tiene esta oficina e impacta negativamente la credibilidad y clima de inversión de Puerto Rico.

La supervisión de los servicios financieros es una pieza importante de la economía de cualquier nación hoy en día; debido a las acciones que se intentaron implementar, la integridad del servicio público y de la OCIF ha quedado en entredicho, muy a pasar de los extraordinarios empleados que tiene la oficina que en gran medida intervinieron para que las acciones regulatorias que se intentaron obstaculizar. 

La OCIF y sus empleados son una agencia que se ha distinguido por su profesionalidad, integridad y colaboración en favor de proteger a toda la industria financiera.

La OCIF balancea su papel como regulador del sector financiero lo cual no es una gestión fácil, pero los comisionados lo han hecho con un alto sentido de responsabilidad e integridad. Por estas razones, necesitamos en la OCIF, hoy más que nunca, Comisionados con experiencia, con un conocimiento amplio del sector, sus componentes, constituyentes y con un sentido de integridad con valores sólidos.

Desde 1987, debido a mi carrera en el sector de la banca y financiero, he conocido a la vasta mayoría de los Comisionados. Varios han sido mis compañeros de trabajo, y otros amigos de toda la vida, el ingrediente clave en los que conozco bien ha sido la integridad, el carácter, la prudencia, con un respeto total por el cargo, y sobre todo un conocimiento absoluto del sector financiero, sus necesidades y sus constituyentes. 

Si fuese posible enmarcar el poder de la OCIF con una sola frase; tiene que ser la Potencia del lenguaje. No hay mejor ejemplo que los expresados por el ex Comisionado Alfredo Padilla, que dijo: «La OCIF, como entidad reguladora, similar a los reguladores federales, es un elemento crítico en el andamiaje de un sistema democrático, por estas razones, es fundamental que se mantenga la independencia de esta oficina». 

Es de vital importancia que se mantenga la independencia de la OCIF y, por ende, se hace necesario ahora convertir el nombramiento del Comisionado de Instituciones Financieras en uno que trascienda el periodo de gobierno de 4 años, y sea un nombramiento que no esté atado al ciclo electoral con un término de al menos 10 años, de esa forma evitaremos la tentación de algunos de atentar con la independencia de la OCIF.

Servir en el Gobierno en cualquier oficina, es totalmente necesario contar con el carácter, la honestidad, la integridad, la claridad, respeto por el cargo, por el pueblo y por sí mismo.

Aunque, como dije anteriormente en mi referencia a el libro El Principito, podemos concluir que estas cualidades son esenciales para ser un ser humano de principios con una clara distinción entre el bien y el mal, pero en muchos aspectos «Lo esencial es invisible a nuestros ojos».

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Francisco Rodríguez Castro
El Sr. Rodríguez Castro es el presidente y director ejecutivo de Birling Capital desde su creación y administra todos los aspectos de su práctica. El Sr. Rodríguez Castro, con más de 25 años de experiencia, ha sido un ejecutivo clave en empresas gubernamentales, globales, multinacionales y públicas, así como un asesor corporativo clave para múltiples entidades en una diversa gama de segmentos de mercado. Ha participado en la estructuración de más de $ 10 mil millones en transacciones de Finanzas Municipales, Corporativas, Comerciales, Basadas en Activos, AFICA y Fusiones y Adquisiciones. El Sr. Rodríguez Castro ha sido director de UBS, presidente y CEO del Banco de Desarrollo Económico y ocupó cargos de alto nivel crediticio en el sector de banca corporativa. También es un líder clave en promover la participación del sector privado en la formulación de la política pública del país apoyando a los gobiernos en sus esfuerzos por lograr y mantener un desarrollo económico sostenido para Puerto Rico. Además de sus funciones administrativas, fue el fundador de la Coalición del Sector Privado, una asociación sin fines de lucro. Como miembro de la junta de la Cámara de Comercio de Puerto Rico a partir de 2006, organizó, fundó y preside la Conferencia de Puerto Rico una conferencia de inversión macroeconómica.
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