El servicio de salud en Puerto Rico a pesar de las adversidades

Recientemente tuve la necesidad de pasar por todo el proceso de recibir un servicio de salud en la isla. Y la conclusión a la que pude llegar es que, a pesar de las adversidades por las cuales está atravesando el sistema de salud de Puerto Rico, los proveedores están atendiendo las necesidades de sus pacientes de manera eficiente y buscando el bienestar para ellos.  

Afortunadamente, los servicios de salud han evolucionado y hoy se busca mejorar los procesos para obtener buenos resultados y otorgar la atención y servicios médicos de calidad que los pacientes exigen a través de la mejora continua, con la participación de los directivos, personal administrativo, proveedores, personal de enfermería, médicos residentes, y personal de apoyo.

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Si repasamos las estadísticas en cuanto a la oferta de servicios de especialistas en Puerto Rico, nos daremos cuenta de que la misma es escasa, tomando en consideración la demanda por estos servicios, siendo los servicios de subespecialistas los más escasos. Si a ello le sumamos la necesidad de reajustar las operaciones en las oficinas de estos proveedores, terminaremos concluyendo que recibir servicios de parte de alguno de estos profesionales sería casi imposible.  

La realidad es que todos han organizado sus operaciones para poder funcionar de manera segura, atendiendo las necesidades de sus pacientes en la medida que éstos la vayan solicitando. Servicios como centros de llamadas, tecnología para contestar consultas como la telemedicina, reorganización de sus salas de espera, mantener a sus empleados con el equipo protector necesario y citar los pacientes a unas horas específicas, han llevado a que el sistema opere con un poco más de regularidad de lo que se supone que estuviera operando, tomando en consideración los efectos de la pandemia.  

Podríamos concluir, si nos dejamos llevar por todo lo que escuchamos en cuanto a cómo opera el sistema de salud de nuestro país, que recibir servicios de salud en Puerto Rico es un lujo. Ahora, si nos ponemos a analizar de cerca estas operaciones veremos que los que en ellas trabajan, arriesgan su vida todos los días y corren la milla extra para atender las necesidades de los pacientes que se presentan a recibir servicios. Exponen sus vidas y las de sus familias, para atender la vida de los demás y con ello aportar a que esas familias estén seguras y felices. La pregunta que nos tenemos que hacer es si nosotros como sociedad, entendemos esto y podemos pacientemente esperar a recibir los servicios. La contestación, es una tan personal que es difícil poder conseguirla. 

A veces, el desespero por curarnos del mal que padecemos nos lleva a que la impaciencia nuble nuestro entendimiento. Por ende, procedemos a desarrollar mecanismos de defensa exigiendo un trato inmediato por encima del paciente que está a nuestro lado. El cual, puede que tenga una condición de mayor gravedad y este pacientemente esperando su turno. 

No hay duda de que la problemática estriba en el desbalance que existe entre la cantidad de proveedores de servicios de salud y la demanda por dichos servicios. Ello lleva a que exista una desproporción entre la cantidad de pacientes que atiende un proveedor, versus, la que puede atender. Llevando quizás a una conclusión errónea, de que el servicio provisto no es el que merece el paciente como tratamiento para su condición. Esto trae consigo una secuela de consecuencias que no aportan nada positivo al sistema de salud. Todo lo contrario, continúan manchando la imagen del sistema y creando mayor ansiedad en la población.

Como sociedad, es importante comprender que no podemos exigir a los proveedores de servicios de salud, más de lo que en cierta medida pueden hacer por nosotros. Tenemos que recordar que al igual que nosotros, son seres humanos y que quieren hacer, todo lo mejor posible para tomar las decisiones correctas en beneficio de nuestra salud. Evitando así, errores de juicio que puedan afectar el desenlace de nuestra condición de salud. Es por esto que, en momentos de crisis relacionados con nuestra salud, o con la de un familiar, debemos mantener la calma y dejar que los que están ofreciendo el servicio hagan su trabajo, sin recibir presiones innecesarias que los puedan llevar a tomar un camino equivocado en cuanto al tratamiento necesario y la calidad de este. Todo está en tener paciencia y control sobre nuestras emociones. 

Lo anterior, debe estar dirigido a que, al hablar de tratamiento necesario y la calidad del mismo, significa no cometer fallas o errores, porque está en juego la vida de las personas. Si comparamos la mala calidad en la fabricación de un producto y la de un servicio en el ámbito de la salud, en la primera lo que puede suceder es que nos devuelvan el producto, se destruya o la empresa pierda dinero. En cambio, en la salud un error puede provocar la pérdida de vidas humanas, generando desde el desprestigio hasta una condena ética y penal para la institución o el personal de salud involucrado.

En cuanto a la calidad en los servicios de salud, esta se ha convertido en uno de los pilares básicos para la competitividad en la industria de salud, en un ambiente donde proveer servicios de calidad y sin errores, es un requisito indispensable para satisfacer las necesidades de los pacientes, quienes cada vez están más informados y son más exigentes. 

Por último, es importante señalar que, de acuerdo a cómo opera el sistema de salud, son los pacientes los que en estos momentos definen lo que es calidad del servicio, de acuerdo con su percepción. Lo hacen a base de lo que esperan recibir, como la atención adecuada, oportuna y de una competencia profesional de altura. Así como, una buena comunicación, buenas facilidades y un trato digno para satisfacer sus necesidades y expectativas, buscando siempre como resultado final, recuperar su salud.  

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