El gobernador fantasma

Freddwin Boodoosingh nos expone su análisis del mandato de Pedro Pierluisi.

El gobernador Pedro Pierluisi no ha ocupado ni la mitad de un año en su término como primer mandatario de Puerto Rico. Sin embargo, ha brillado por su ausencia, al haber ejecutado una cantidad mínima de medidas y entre las pocas que ha ejecutado, se destacan por ser populistas. Asimismo, su mandato ha sido uno sin presencia alguna, primordialmente por su afán descabellado en alcanzar la estadidad, la cual se ha dado cuenta que está muy lejos por el momento, por lo que ha compartido el pensamiento de su secretario de Estado, Larry Seilhamer, quien reconoce que la Isla no está en el estado financiero pertinente para ser admitida como parte de la unión estadounidense.

Dentro de lo poco que ha hecho, Pierluisi se ha encargado de adelantar un proyecto de una “Delegación Congresional”, aprobado por la exgobernadora, Wanda Vázquez Garced, buscando asegurar un sueño lejano, con el cual el y el Partido Nuevo Progresista (PNP), han engañado a sus seguidores por años. De igual forma, el gobernador fantasma, no ha ejecutado medidas serias para impulsar el desarrollo económico de Puerto Rico, elemento que ha aceptado como clave para la admisión de nuestro territorio a los Estados Unidos (EE.UU.), según estableció al concordar con Seilhamer. Además, no hemos visto una acción fuerte por parte del gobierno central en actuar sobre la violencia de género que abruma a nuestra sociedad, aparte de la Orden Ejecutiva sometida hace un tiempo, siendo esta una limitada e incompleta en el nivel de acción, ya que debería ejercer su mandato para transformar el sistema de educación y realizar los cambios pertinentes para que nuestra niñez pueda crecer, aprender y educarse en los valores de una sociedad con base de equidad.

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Mientras tanto, nuestra patria continúa hundiéndose en problemas vitales, entre una pandemia del COVID-19 que nos abruma constantemente y un Departamento de Educación (DE), donde el gobernador solo ha compartido comentarios sobre la reapertura de los planteles escolares, buscando hacer de este uno apresurado y de gran peligro para la niñez y juventud del país. Por tanto, el gobernador fantasma se ha distinguido por las mismas cualidades que sus predecesores, brillando por su total incompetencia y falta de acción.

Como era de esperarse, en el momento crítico que atraviesa el PNP, su gobernador fantasma debe disfrazarse mediante medidas populistas y ejecutar otras tantas de forma desapercibida, en ocasiones descabelladas, para promover su deseo inalcanzable de la estadidad. La gobernación de Pierluisi, será una de extrema cautela, ya que el PNP enfrenta la nueva amenaza política de los partidos emergentes, pero dicha cautela lo ha puesto en una posición de inacción total, y al igual que la estadidad, el pueblo permanece en espera de un gobernador que tome acciones concretas y progresistas, por lo que se ha convertido en el gobernador fantasma de un país hundido en un sinnúmero de crisis.

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